Hace 20 días que un niño de 8 años y su hermanita de 4 madrugan a esperar que Pinky ladre en la puerta de la casa para saludarles tal como lo ha hecho en los últimos 6 años.
Una fría mañana granadina una pequeña perrita fue sacada a empujones e insultos de las oficinas de la alcaldía municipal donde un ciudadano la dejó abandonada, uno de los empleados del momento conmovido por la situación decidió brindarle un hogar y la llevó a su casa dónde cuenta con una amplia zona verde, la ternura perruna pronto contagió la familia, así comenzaron los cariños y paseos hasta que se acostumbro a bajar desde su nuevo hogar al centro del municipio para saludar a uno de familiares de quién la rescató y el cuál se dedica al comercio. De un pequeño y esporádico saludo paso a largas vistas diarias, hasta el punto de madrugar a esperar a su amigo en la puerta de la casa y acompañarlo a cerrar el negocio para luego recorrer unas 4 cuadras hasta su hogar adoptivo para impaciente esperar el día siguiente.
Así pasaron los días y Pinky como fue llamada, compartía el cariño con su mejor amigo, el amor del humano contagió a su esposa e hijos y así, entre ires y venires Pinky madrugaba y esperaba la noche para regresar a dormir a la casa que le abrió sus puertas aquella fría mañana y que jamás se las ha cerrado.
Sin embargo, hace 20 días que los niños madrugan apresurados a abrir la puerta y nadie los espera, en la casa adoptiva ya no se escuchan los ladridos nocturnos avisando que llegó, y su mejor amigo pasa largas horas parado frente a su negocio esperando a quien durante 6 años nunca tuvo una falta de asistencia.
Pinky salió por redes sociales, su fotografía adorno los parales y paredes de Granada y después de varios días y una intensa búsqueda, un transeúnte contó que vio como una mujer atrapó a Pinky frente al comercio de su amigo, la envolvió en un cobija y tomó un Mototaxi, después de indagar más, se enteraron que viajó a hasta el sitio conocido como el Cebadero a unos 5 minutos del casco urbano, dónde otra mujer le recibió la perrita y tomó un bus rumbo a Medellín.
En cámaras de seguridad del sector quedó el momento en que Pinky fue secuestrada, la mujer fue identificada y contactada por teléfono, ésta al verse atrapada manifiesta que Pinky no fue secuestrada, que ella, su amiga otras personas quienes se denominan animalistas, tomaron la decisión de proteger el animal debido a que permanece en la calle todo el día.
Las súplicas de la familia para que devuelvan a Pinky han sido infructuosas, el caso ya está en la Inspección de Policía y la mujer que raptó a Pinky está citada para que explique lo sucedido, mientras tanto quienes no entienden lo que sucede pese a que traten de explicarles son los dos pequeños niños que solo quieren escuchar en la puerta a su amiga para hacerla pasar y jugar con ella.
Vía telefónica la mujer pide a la familia adoptiva de Pinky pruebas que demuestren que es de ellos, sin embargo más allá de fotos y testimonios de los vecinos no hay un papel que lo sustente, porque aquella fría mañana granadina cuando Pinky fue rescata de la calle nadie dió constancia de su procedencia, familia o pedigrí.
#DevuelvanAPinky
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